Poema La Otra Yo Me Case Por La Iglesia

En este artículo, exploraremos el poema "La Otra Yo Me Casé por la Iglesia" y todo su significado. Sumérgete en los versos profundos y emotivos de este poema, donde el amor y las decisiones impuestas se entrelazan de una manera única. Descubre cómo el poeta nos invita a reflexionar sobre las convenciones sociales y los verdaderos deseos del corazón.

La otra yo me casé por la iglesia: un poema que explora el amor desde distintos ángulos 💒

La otra yo me casé por la iglesia.
Juré amor eterno ante un altar divino.
Unir mi vida a la suya, ser su compañera,
en las buenas y en las malas, hasta el último aliento.

Nos dimos el sí con ojos radiantes,
con la ilusión de construir un futuro juntos.
Promesas susurradas al oído,
con la esperanza de una vida plena y feliz.

Pero la realidad se alzó imponente
y reveló una verdad oculta, silenciosa.
La otra yo, aquella que desconocía,
surgió como una sombra en medio de la luz.

En sus brazos se dejó llevar,
y el amor por la iglesia quedó atrás.
Los votos olvidados, las promesas rotas,
el engaño se convirtió en su amarga realidad.

¿Dónde quedaron los sueños compartidos?
Las risas, los abrazos, los besos sinceros.
Se desvanecieron en un instante fugaz,
dejando un vacío profundo en su corazón.

La otra yo mira al pasado con pesar,
recordando lo que pudo haber sido.
Pero ya no hay vuelta atrás, solo dolor y arrepentimiento,
por haber entregado su vida a una mentira.

La iglesia ya no es más que un recuerdo lejano,
un testigo mudo de una historia desgarradora.
La otra yo sigue adelante, buscando su redención,
encontrando en sí misma la fuerza para renacer.

Porque aunque el camino sea difícil y oscuro,
habrá un nuevo amanecer en su horizonte.
La otra yo aprendió la lección, no se dejará engañar,
y encontrará su propia felicidad en otro lugar.

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